Autor(es): Pablo Gajardo B., Ph.D. | Consultor de Negocios, Académico e Investigador UDP
22 de septiembre de 2025
Introducción
Las tecnologías digitales han transformado el mundo empresarial, generando expectativas de revolucionar procesos, modelos de negocios y ventajas competitivas. Sin embargo, la experiencia no siempre ha confirmado este optimismo. En los años 90 y comienzos del siglo XXI, la denominada "paradoja de la productividad de las TI" evidenció que múltiples organizaciones aumentaron drásticamente sus inversiones en TI sin que se observara un incremento claro en productividad o valor agregado. Este fenómeno generó debates sobre la verdadera contribución de la informática al desempeño económico.
Hoy, con la Inteligencia Artificial en auge y considerada la "nueva revolución tecnológica", los inversionistas y ejecutivos han apostado cuantiosos recursos en IA. No obstante, recientes artículos académicos advierten que los beneficios reales y medibles en el valor empresarial son ambiguos o insuficientes.
"La paradoja de la productividad de las TI" (Decada de los 90s y comienzos del 2000) evidenció que múltiples organizaciones aumentaron drásticamente sus inversiones en TI sin que se observara un incremento claro en productividad o valor agregado"
La Paradoja de la Productividad de las TI: Antecedentes y Hallazgos Clave
Durante la década de 1990, investigadores como Erik Brynjolfsson y Paul A. Strassmann, entre otros, documentaron una desconexión notable entre la inversión en tecnologías de la información y la productividad medida en resultados económicos. El renombrado economista Robert Solow acuñó la frase: "Se puede ver la era de la informática en todas partes menos en las estadísticas de productividad".
Las hipótesis explicativas abarcaban:
Este período llevó a un replanteamiento profundo sobre la gestión, medición y expectativas realistas frente a la innovación tecnológica.
La Inversión en Inteligencia Artificial: Crisis de Valor en la Nueva Era Tecnológica
En la última década —y particularmente en los últimos años de este período — la Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como una tecnología con gran potencial para transformar radicalmente sectores y crear valor sostenible. Sin embargo, tres estudios recientes de 2025 realizados por el MIT Media Lab y el MIT Sloan Management Review revelan la complejidad y los desafíos actuales de estas inversiones.
"....La Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como una tecnología con gran potencial para transformar radicalmente sectores y crear valor sostenible. Sin embargo, estudios recientes de 2025 revelan que elevadas y masivas inversiones en IA no estarían logrando mayores niveles de productividad y valor agregado"
Reflexiones generales: puntos clave sobre la inversión en IA en 2025
Este contexto pone en evidencia una "brecha de la IA" que refleja una etapa de experimentación y ajuste, en parte similar a crisis históricas previas con tecnologías disruptivas.
Paralelismos y Contrastes entre la Paradoja de la TI y la Situación Actual de la IA
El siguiente cuadro comparativo presenta un contraste claro entre ambos fenómenos, facilitando una comprensión más precisa de sus contextos, riesgos y lecciones aprendidas.
Aspecto |
Paradoja de las TI (1990-2003) |
Inversión en IA (2020s-2025) |
Contexto tecnológico |
Explosión de uso computacional, redes e internet |
Avances en aprendizaje automático, Big Data, automatización |
Expectativas |
Incrementos dramáticos en productividad y eficiencia |
Transformación radical en análisis y decisión empresarial |
Resultados observados |
Falta de mejora medible en productividad agregada |
Falta de retorno económico claro en el corto plazo |
Riesgos y limitaciones |
Métricas tradicionales insuficientes, implementación y gestión deficiente |
Cultura organizacional, calidad de datos, altas inversiones iniciales |
Lecciones aprendidas |
Importancia de tiempos largos, gestión, medición ajustada |
Necesidad de integrar IA en estrategia, procesos y cultura |
Ambas situaciones ilustran cómo las tecnologías transformadoras requieren un enfoque integral, paciencia y metodologías avanzadas para capturar su valor económico real.
Reflexión crítica
En opinión del autor, la inversión en Inteligencia Artificial no debe evaluarse únicamente bajo la lupa de la paradoja actual, marcada por retornos ambiguos y limitaciones organizacionales. Tal como ocurrió con las inversiones en Tecnologías de la Información en los años noventa, que inicialmente parecían no reflejarse en mejoras productivas pero que con el tiempo contribuyeron decisivamente a transformar la productividad y los modelos de negocio, es esperable que la IA siga una trayectoria similar.
La diferencia clave está en la velocidad de difusión: mientras que la adopción de las TI requirió varios años e incluso décadas para consolidarse, la IA se expande de manera mucho más acelerada, impulsada por avances en infraestructura digital, disponibilidad de datos y ecosistemas de innovación globales. Esta rapidez sugiere que las aparentes deficiencias actuales en creación de valor podrían revertirse en plazos más cortos, a medida que las organizaciones logren integrar transversalmente la tecnología en su cultura y procesos.
Por ello, más allá de los resultados inmediatos o de los porcentajes que evidencian fracasos en la implementación, el autor sostiene que la IA tiene el potencial de convertirse en un motor de productividad y de creación de valor significativo en el mediano plazo, siempre que las empresas asuman los desafíos de liderazgo, cambio organizacional y visión estratégica con decisión y consistencia.
Conclusiones y Recomendaciones
El paralelismo entre la paradoja de la productividad de las TI y las actuales críticas a las inversiones en IA es una llamada a la prudencia gerencial. La creación de valor a través de tecnologías disruptivas no ocurre automáticamente ni a corto plazo, aunque en este último fenómeno en particular, el tiempo de adopción debe ser medido de manera distinta.
Los estudios recientes demuestran que la historia se repite, esta vez con la IA, y que aprender del pasado puede ayudar a optimizar el futuro de la inversión tecnológica.
El desenlace de la inversión en IA diferirá en un aspecto esencial respecto a la paradoja de las TI. Si bien hoy prevalece la incertidumbre y los bajos retornos tangibles, es razonable prever que, en un horizonte más cercano de lo que ocurrió con las TI, la IA se consolidará como un factor clave de productividad y creación de valor. Su rápida difusión, el aprendizaje acumulado de experiencias tecnológicas previas y la creciente presión competitiva para innovar acelerarán este proceso. En consecuencia, las empresas que adopten una estrategia clara, con liderazgo decidido y apertura cultural, estarán mejor posicionadas para transformar las promesas de la IA en realidades económicas sostenibles.
Referencias